Lo ideal es ubicar una bisagra en el eje longitudinal de cada resorte de gas montado.
De este modo, la fuerza de reacción que ejerce el resorte de gas se transfiere directamente través de la bisagra al “entorno fijo”.
Si la bisagra no se ubica en el eje longitudinal del resorte de gas, la fuerza local de la tapa o trampilla está obligada, de todos modos, a transferir la fuerza de reacción mediante un movimiento transversal a través de la bisagra hacia el “entorno fijo”. Esto no supone ningún problema mientras la rigidez de la tapa o de la trampilla sea suficiente (maciza). Sin embargo, si el canto de la tapa o de la trampilla es tipo marco, este aspecto deberá ser tenido en cuenta.
Para evitar una sobrecarga irregular de las bisagras, deberían ubicarse simétricas al comportamiento de los resortes de gas montados.
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